top of page

Salud & Ciencia

Actualizado: 27 mar 2020


Una existencia desnuda

El mundo cambió. La calle está desolada, ni un alma deambula por sus aceras para recordar que existe algo de contacto humano, que nos hace sentir seres con un sentido de existencia y pertenencia.

Me mudé hace tres meses y la verdad llevó una relación muy cordial con doña Julia, mi vecina. A veces nos sentamos en el banco al frente de la casa, cuando hace mucho calor, y charlamos, reímos y hacemos planes de que en algún momento tomares un café y saldremos a ver tiendas para ver qué hay de trendy esta temporada. Ambas sabemos, pícaramente, que es más que vanidad y que esos temas nos une.

Hoy el banco está vacío, el comercio cerrado y doña Julia y yo encerradas las dos en nuestras respectivas casas. La única conversación que tuvimos se relacionó con asuntos de la casa dúplex. Nuestras casas tienen ese modelo que hace que nos acerquemos por temas cotidianos como la plomería o arreglos de fachada etc. Un asunto que le agrada a don Francisco, su marido, al que le dedica gran parte de su tiempo y que ahora no puede hacer por la cuarentena absoluta por COVID 19 decretado por el gobierno.

Lo curioso es que don Francisco ni siquiera se inmuto en pensar si conseguiría este o aquel arreglo que propone o el costo que le significaría con el incremento que está teniendo las cosas, lo que le importaba era tener una actividad y una razón para charlar y sentir que la vida sigue, continua adelante y no está parada.

En cada casa, las familias intentan olvidar todo lo que se difunde sobre el Coronavirus. La incertidumbre y el aislamiento hace que la mente juegue una mala pasada a las personas, lo que deja aflorar sentimientos encontrados sobre esta Pandemia y las medidas adoptadas para combatirlas.

La consigna dice: ¨Quédate en tu casa¨ y estás en casa, pero ya no hay charlas, se perdieron las reuniones, no se escucha música y muchos menos abrazos o saludos. La gente guarda silencio y muere pasivamente de hastío, depresión, angustia y rabia.

Esta situación se siente en el aire, en una calle limpiamente aseada, en la tienda cerrada, en el pan que no puedes comprar, en el calor del día, en el trabajo al que no puedes asistir y que no sabes qué te depara; finalmente, en el estrés frente al hacinamiento.

La consigna dejó de ser quédate en tu casa, estás en casa y los casos de coronavirus siguen aumentando y las cifras siguen siendo alarmantes. Me he propuesto vivir esta consigna con una forma de pensar propia de la situación: Quédate en casa mientras aprendes a manejar tus emociones, será de provecho para ti y para lo que viene en el futuro, que siempre es para bien, como todo.

Las emociones de un segundo a otro van y vienen y en la mente se anida. Entonces, la mente se convierte en el tirano de esta circunstancia. Después de imágenes de ancianos siendo cremados, de más de 17 mil muertos en 185 países por el COVID19, el primer sentimiento experimentado fue pánico.

Tras proliferar el virus de manera alarmante vino el caos y finalmente el hacinamiento con la rabia y el estrés pasivo. Una existencia al desnudo sobre lo que significa esta Pandemia para la mayor parte de la población en el mundo entero.

En Santa Cruz la soledad es la oportunidad perfecta para pensar en lo que harás mañana, cuando acabe la cuarentena absoluta y una forma de olvidar que tienes que vivir hoy un día más en aislamiento total con 17 casos confirmados de coronavirus y aún no se sabe de muertos. Situación que agudiza más la ambivalencia de sentimientos.

La desnudez del alma no agrada a nadie y el tirano de la mente nos obliga a cubrirla de pensamientos y actividades paliatorias. ¿Cómo se puede vivir observando la muerte, la necesidad, el aislamiento y la incertidumbre?

Más que una Pandemia de Coronavirus estamos frente a una Pandemia de Neurosis (una incapacidad de encontrar significación y sentido de responsabilidad en la propia existencia). La frustración es manejada por la mente intencionalmente como un mecanismo de escape frente a lo que no puedes encontrar significado y mucho menos identificar tu responsabilidad sobre un asunto que pega más a tu existencia que la misma Pandemia por COVID 19.

Las circunstancias conspiran para que seas preso de tus propias emociones, de tus metas personales, arrancadas de cuajo, entonces es cuando te das cuenta del valor que tiene la única alternativa de atestiguar de tu capacidad humana para sobreponerte ante la adversidad: la libertad de elegir cómo sentirte y cómo vivir frente al tirano que oprime con tanta desgate tu mente hasta hacerla estallar.

Personas normales y corrientes como doña Julia, don Francisco y yo queremos ser consciente de la importancia que tiene una actitud positiva frente a la adversidad. Ese es el desafío al que nos enfrentamos a diario, en tiempos de Cuarentena por Coronavirus. Es muy fácil hacerse la idea de que la piedad y la simpatía parecen mezclada y una virtud cuando lo que está en combate es tu subsistencia y la lucha diaria por el pan de cada día.

Lo que realmente importa es determinar el verdadero sentido que adquieren tus emociones frente a esta circunstancia, de qué forma adquirirá significado y cómo ayudaras a otros para que tomen conciencia de que también tiene que tener significado, tomando en cuenta que en la mayoría de las ocasiones no estamos preparados para enfrentar los desafíos de la vida, la incertidumbre del diario vivir, de la comida, del sueldo, del hacinamiento y de sobreponernos a este desafío. Es lo que en el libro el hombre en busca de sentido el autor, Viktor Frankl, describe.

Sentimientos como ira, frustración, depresión, rabia, hastío son tan humanos como el amor, la esperanza y la fe. Sin embargo, el asunto es si tiene sentido alimentarlos o se convierten en bajos valores que solo destruye la felicidad de tu vida.

El primer síntoma que experimentas frente al enemigo autoritario, como una enfermedad, y las imposiciones gubernamentales, sin sentido, es shock o trauma inconsciente. Un asunto con el que lidiarás al pasar la crisis para evitar otros aspectos relacionados con la violencia, la apatía, la ausencia de empatía, la depresión, la xenofobia y finalmente la destrucción de la vida humana en todos los aspectos. Cuatro mil personas muertas en Italia, muchas de ellas en fosas comunes, nos recuerda a esos campos de concentración y lo que vivieron sus sobrevivientes del libro de Viktor Frankl.

El primer asunto que te viene a la mente es la ilusión de que esto es temporal y todo pasará sin mayores consecuencias. No comprendes bien el sentido que tiene todo esto y las informaciones no te ayudan mucho a comprender.

Lo primero que debes saber es que el camino es largo, recién comienza a comprenderse cómo funciona el Covid 19 y todavía falta mucho por saber. De allí que estar consciente de esta realidad te permite manejar con gradualidad la ilusión, pues la esperanza nunca dejó de ser el verdadero motor de milagros en el mundo entero. También serás más consciente de tus valores bajos y cómo volverlos positivos. Todo pasa y esto también pasará.

Lo segundo es gestionar tu tiempo y tus emociones manteniendo tus hábitos normales, no te digo que te levantes a la misma hora si vas a pasar la mayor parte del día sin hacer nada, pero sí que mantengas tus buenos hábitos todos los días, dando a tu mente esa dosis de energía que requiere para que la esperanza sea un combustible y no el fósforo que encienda la chispa.

Tercer paso dale un jaque mate a la apatía, lo peor que puede pasar en momentos donde las emociones fluctúan es caer en la apatía, aunque en psicología esto es un proceso, evita los procesos que te sean dolorosos y opta por aquellos que te recuerden el camino a la felicidad, hoy es un día que no volveré a vivir igual, trataré que sea el mejor que viva haciendo uso de esa libertad que tengo en tiempos de Coronavirus.

Para muchos de nosotros la dejadez, o estar pancho, la ansiedad y la inactividad frente a una situación como vivir en tiempos de Coronavirus, genera apatía, que es el adormecimiento de las emociones al que se une la indiferencia, al final, es un sentimiento que aparece, y se trata de que nada te importa más que continuar con tu vida, porque la apatía trae consigo la indiferencia como respuesta.

Esto también es responsabilidad de todos incluyendo gobernantes porque es el más peligroso de los sentimientos, puede aumentar la cifra de suicidios y otras enfermedades mentales. El aspecto más doloroso de la apatía es la xenofobia, producto del aislamiento que es el insulto de muchas formas desde palabras despectivas, sobrenombres y la incompetencia del otro, admito que la apatía la sentimos todos y no es fácil escribir de ella cuando las cosas no están tan bien como quisiéramos y las respuestas siguen siendo desfavorables, a pesar de los esfuerzos que realizamos. A diario escuchamos que aumenta la cantidad de personas y que las medidas poco ayudan y esto aumenta el desánimo.

En la apatía germina una gran virtud, conocida como dominio propio. Uy, ese término nos hace temblar a todos, hasta al más santo de los mortales. Sin olvidar que la xenofobia y la incompetencia van de la mano con el hambre. Una emoción de sobrevivencia vital al que todos tenemos derecho y la obligación para hacer uso de nuestra libertad en busca de sobrevivir.

Entonces, si el hambre se convierte en el factor clave de sobrevivencia, la rabia es el sentimiento que generará esta situación. Hacer frente a la rabia en tiempos de coronavirus es algo que requiere de un buen manejo emocional y un buen manejo de políticas públicas, ya que hambre y trabajo van de la mano y no hay mejor remedio que una buena alimentación para disfrutar la vida con salud.

Lo mejor es aislarse del sentimentalismo y enfocarte en tu visión o tus sueños, tomando en cuenta de que ellos pertenecen a mañana y de que hoy doña Julia, don Francisco, yo y todos estamos en total incertidumbre frente a los aciertos y desaciertos de los gobiernos en tiempos de coronavirus.

Es tiempo de desarrollar una verdadera vida desde el interior buscando en la paz mental, el equilibrio del alma. Bien hermosas letras, pero la verdad es que cada día de mi vida me recuerdo qué es lo que no debo hacer y cómo hacer lo que debo, manteniendo una buena gestión del tiempo y de mis emociones.

Esto requiere un esfuerzo que me agota, pero el resultado es que puedo continuar con mi vida lo que me hace desarrollar una fuerza interior muy propia frente al mundo y a las personas, lo llamo dominio propio.

Difícil, terrible pero el aislarme, a veces, de mis emociones, me permite lograr cosas que de otra forma no podría hacer, como lo que ahora haré, disfrutar de mis albóndigas keto, porque ya me dio hambre y estoy almorzando a las cuatro de la tarde, cuando mi cuerpo me dice: oye acuérdate que existo, gordita.

Entendí que tendré más emociones que gestionar y abordar en mi trabajo para darte respuestas a ti a doña Julia, a don Francisco, a doña Juana y a don Humberto, allá al final de la cuadra, sobre cómo vivir aislado y unidos a la vez con emociones tan complejas que se desnudan en tiempos de coronavirus.

Gracias por leerme,

Sandra Cecilia




ree


 
 
 

Comments


+59175303490

©2020 por elmundodesandracecilia. Creada con Wix.com

bottom of page